Nuestros regalos de Navidad favoritos de la infancia, edición de videojuegos

Space Quest IV: Carolyn Petit and the Time RippersCaptura de pantalla: Sierra EntertainmentDebe haber sido la Navidad de 1991 cuando encontré Space Quest IV: Roger Wilco and the Time Rippers debajo del árbol y recibió un regalo por ver nuevas y emocionantes posibilidades en los juegos. Seguro que era un fanático de los juegos de aventuras, ya que había jugado algunos juegos en la serie King’s Quest de Sierra, sin mencionar los primeros títulos brillantes y extraños de Lucasfilm como Maniac Mansion y The Secret of Monkey Island. Pero esa fue mi primera experiencia con Space Quest, la serie cómica de ciencia ficción de Sierra protagonizada por Roger Wilco, el desventurado cuidador atrapado en un percance cósmico tras otro. Para ser honesto, no recuerdo mucho sobre la calidad de The Mysteries of Space Quest IV. Lo que sí recuerdo es cuán diverso y vibrante parecía su universo, con mundos extraterrestres accidentados, cantinas atmosféricas y centros comerciales espaciales relucientes. Pero lo que realmente me dejó alucinado sobre el juego fue lo meta que era. Después de progresar un poco a través de Space Quest IV: Roger Wilco y el propio Time Rippers, el pobre Roger se encuentra en (el inexistente) Space Quest XII: Vohaul’s Revenge II.Captura de pantalla: Sierra Entertainment En estos días, no es raro que los juegos rompan la cuarta pared y le hagan un guiño al jugador a sabiendas en ser videojuegos para jugar con las convenciones de manera cansada e inspirada. Pero wow, ¡fue ese 1991 emocionante para mí! El juego también te ve en Space Quest X: Latex Babes of Estros (un guiño obvio a la aventura de Infocom de 1986 Leather Goddesses of Phobos) y todo el camino de regreso al Space Quest original, que ya es graciosamente primitivo y pixelado para los estándares de 1991. Gráficos de última generación que hacen que la alta (más) definición de Roger Wilco sea aún más llamativa.Captura de pantalla: Sierra EntertainmentSpace Quest IV puede o no ser un gran juego, sinceramente, no lo recuerdo lo suficientemente bien como para decirlo. Solo recuerdo estar sentado allí en mis vacaciones de Navidad, asombrado por la inteligente metacercanía de todo, y teniendo un pensamiento más amplio sobre las posibilidades de lo que podrían hacer la narración y la estructura del videojuego.Carolyn Petit, editora en jefe

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