Thor: Love and Thunder es un tributo imperdible de Marvel a Jim Henson
Agrandar / En una secuencia temprana, Thor finge como un salvador, y los resultados tienen un sólido impacto cómico. Thor: Ragnarok de Marvel Studios en 2017 vio al escritor/director Taika Waititi poner su sello peculiar en la serie derivada de los Vengadores, que de otro modo sería monótona, en todo lo relacionado con Asgard. Pero el cambio de esta película hacia el humor intensificado, por divertido que fuera, también se vio obstaculizado por algunas cosas: una relación espinosa entre Thor y su hermano Loki, y el omnipresente Marvel Studios que necesitaba la roca de las Gemas del Infinito para salir adelante. Cuatro años más tarde, liberado de esas limitaciones, Waititi puede elegir cómo contar una nueva historia posterior al final del juego sobre Thor. Y es un éxito rotundo, que rivaliza con la legendaria película del cineasta de 2016 Hunt for the Wilderpeople.
Agrandar / Los montajes ridículos de la película son cortos y efectivos para poner al día a los espectadores con una risa, como esta secuencia en la que Thor avanza «de padre a cuerpo triste». Marvel Studios Hemsworth comienza la película como un Thor autoritario y pomposo. El legendario héroe asgardiano emergió de su resaca del final del juego con un sentido del deber sin rumbo, cumplido al unirse a los Guardianes de la Galaxia y disparar sin pensar a sus objetivos. Realmente no funciona, y en un encuentro casual, los Guardianes se disculpan con los músculos doloridos de Thor, pero no sin antes recordarle que sus conquistas interestelares no tendrían sentido si su tripulación no se cuidara entre sí.