Las plantas crecerán en regolito lunar, pero no les gusta


Agrandar / Las plantas que crecen en suelo lunar (derecha) no son tan felices como las que crecen en suelo diseñado para simularlas (izquierda). Tyler Jones, UF/IFAS Como sabe cualquiera que haya leído o visto The Expanse o The Martian, hay algunos beneficios importantes para cultivar en el espacio. Las plantas pueden ayudar a mantener un ambiente saludable, ya que reciclan el agua y proporcionan variedad en la dieta. Aunque se pueden cultivar hidropónicamente, el proceso requiere una cantidad importante de agua que puede ser escasa. Para misiones que aterrizan en un cuerpo como la luna o Marte, cultivar en el suelo local podría ser una mejor solución. Pero los suelos locales en estos cuerpos no se parecen en nada a los que encontramos en la Tierra, que presentan una mezcla intrincada de minerales, compuestos orgánicos y vida microbiana. ¿Pueden las plantas adaptarse a estas diferencias? Un grupo de investigadores de la Universidad de Florida, Anna-Lisa Paul, Stephen Elardo y Robert Ferl, decidieron averiguarlo y utilizaron un material increíblemente raro: suelo lunar traído de las misiones Apolo.

En la mezcla

El suelo lunar existe en una forma llamada regolito, que es básicamente material suelto y polvoriento formado por el constante bombardeo de la roca lunar por micrometeoritos. Cuando se devolvieron las primeras muestras durante la era Apolo, los estudios de las interacciones de este regolito con los seres vivos se centraron en los temores a los patógenos que podrían representar una amenaza para la vida en la Tierra. Como resultado, las plantas y las semillas se expusieron brevemente al suelo lunar y luego se analizaron para ver si esa exposición alteraba su crecimiento. No hubo intentos de hacer crecer nada en el suelo. Desde entonces, la NASA ha desarrollado un material hecho en la Tierra llamado JSC-1A destinado a simular el suelo lunar. Pero hay algunas diferencias significativas entre él y el suelo lunar. Estos incluyen diferencias químicas, con regolito lunar que contiene mayores cantidades de titanio y algunos elementos traza que JSC-1A. El ambiente oxidante de la Tierra también produce algunas diferencias en el estado químico de algunos de los metales presentes, incluido el hierro, un componente clave de muchas enzimas involucradas en la fotosíntesis. Finalmente, hay algunas diferencias físicas entre el material y el piso. El rápido derretimiento y enfriamiento causado por los impactos de micrometeoritos en el regolito crea pequeños grupos de material vítreo. JSC-1A usa vidrios volcánicos para aproximarse a este proceso, pero aún existen diferencias físicas. Entonces, los investigadores decidieron trabajar con la realidad y usar JSC-1A como control. Y con la ayuda del personal del Centro Espacial Johnson, obtuvieron tres muestras lunares diferentes traídas del Apolo 11, Apolo 12 y Apolo 17. Todas las muestras procedían de regiones de origen volcánico, pero variaban en edad, siendo el material del Apolo 11 el que tuvo la exposición superficial más prolongada y el del Apolo 17 el más breve.

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